Hay propuestas en la vida que son algo más de lo que parecen.
Un viaje de fin de semana puede ser eso: un viaje de dos días y medio, de los que hay muchos. Pero también puede ser una oportunidad de conocer a gente con la que convives muchas horas al día, pero de la que sabes más bien poco.
María Luisa, la impulsora de esta genial idea, sabe perfectamente que la vida es una sucesión de vivencias que a veces no son demasiado buenas (incluso otras son malas o muy malas).
Por eso, cuando se puede, hay que proponer esas cosas que siempre te han apetecido pero que nunca te has decidido a hacer. Por desgracia, a veces la vida no sabe esperar el momento más oportuno.
El caso es que hace unos días recibí un correo (y como yo, unas cuantas) con un par de fotos y una propuesta a considerar: disfrutar desde una perspectiva diferente de mis compañeras de trabajo (y sin embargo amigas) haciendo un viaje de fin de semana a Marrakech. Y si no puede ser a Marrakech, a Casablanca, Túnez, Toledo o el Pirineo Aragonés.
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| Marrakech |
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| Casablanca |
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| Túnez |
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| Toledo |
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| Pirineo aragonés |
Está claro que lo de menos es a dónde ir. Lo bonito de esta iniciativa es que alguien piense que le apetece compartir con nosotras una ilusión: disfrutar de paisajes, colores y olores, y acabar con los pies ardiendo después de un largo día regateando en el zoco.
Viajar siempre es conocer cosas nuevas. Y si además descubres la "otra cara" de personas a las que ves todos los días, el placer se multiplica.
No sé en qué quedará esta iniciativa. Solo sé que algunas le vamos a poner mucha ilusión. Porque si al final se queda en una simple comida, al menos le habremos puesto, como dice la canción, alma, corazón y vida.
¿Te animas?
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